Entrar a una entrevista sin experiencia previa puede parecer un reto enorme. Pero lo cierto es que muchas empresas valoran más tu actitud, tus ganas de aprender y cómo te preparas que los años que llevas en activo. Aquí tienes una guía práctica para transformar esa entrevista desde una barrera en una oportunidad.
1. Entiende lo que buscan
Aunque no tengas experiencia laboral, los entrevistadores entienden que estás dando tus primeros pasos. Lo que quieren ver es:
- que has investigado la empresa, que sabes qué hace y por qué te interesa.
- que puedes mostrar habilidades transferibles (trabajo en equipo, proyectos de universidad, voluntariado) que conecten con el puesto.
- que tienes actitud de aprendizaje (“soy rápido/a para adaptarme”, “quiero crecer”).
2. Prepara tu historia (aunque aún no tengas “trabajos”)
- Haz un breve resumen de ti mismo: estudios, intereses, lo que te mueve.
- Elige 2-3 ejemplos de universidad, voluntariado, proyecto académico o extra-curricular que muestren competencias: resolver un problema, colaborar con otros, organizar algo.
- Relaciónalo con el puesto al que vas: “En este proyecto aprendí a manejar x herramienta que también emplean ustedes…”
3. Investiga la empresa y el puesto
- Consulta su web, noticias recientes, redes sociales.
- Busca qué valores o cultura tiene para alinear tu discurso.
- Prepara al menos 2-3 preguntas inteligentes para el/la entrevistador/a (qué se espera de la persona en 6-12 meses, qué retos tiene el departamento, etc.).
4. Cuida los básicos de la entrevista
- Llega con tiempo, lleva copia de tu CV (aunque lo tengan online).
- Viste de forma adecuada: no hace falta traje y corbata (a menos que el entorno lo requiera) pero sí aspecto profesional.
- Comunicación no verbal: mirada, postura, tono de voz. La impresión inicial importa.
5. Destaca tus ganas de aprender
- Dado que no tienes muchos años de experiencia, lo que puedes aportar es “frescura”, motivación, adaptación rápida.
- Usa frases como: “Estoy entusiasmado/a por aprender…”, “Me gustaría aportar…”, “Estoy buscando crecer en…”.
- Si tienes certificaciones, cursos, idiomas, menciónalos: aunque sea menor escala, suman.
6. Muestra resultados (aunque sean pequeños)
- No digas simplemente “colaboré en un proyecto”, di qué lograste: “participé en un equipo de 5 estudiantes, logramos entregar presentación 2 semanas antes y recibimos reconocimiento”.
- Esto marca diferencia frente a sólo “estudié” o “pasé por allí”.
7. Cierra con buen pie y seguimiento
- Al final de la entrevista, da las gracias. Puedes decir: “Muchas gracias por su tiempo; me gustaría saber cuál es el siguiente paso en el proceso”.
- Luego, envía un email (en 24 horas) agradeciendo y reafirmando tu interés. Este detalle simple te diferencia.
8. Errores que evitar
- Llegar sin tener ni idea de la empresa.
- No preparar ejemplos específicos.
- Hablar sólo de ti sin conectar con lo que la empresa necesita.
- No preguntar nada al final.
- Descuidar redes sociales o perfil profesional (muchas empresas lo revisan).
Conclusión
No tener experiencia laboral no significa que no tengas nada que aportar. Lo que te hará destacar es cómo preparas la entrevista, cómo conectas tus competencias universitarias con el puesto y cómo demuestras tu motivación. En la FUEx estamos para acompañarte en ese camino —toma esta ocasión como tu puerta de entrada al mundo profesional.