Esta rentable propuesta, basada en tecnologías existentes en el mercado, permitiría ahorrar casi un 30 % la factura de la luz de una casa
Como muy tarde, el 31 de diciembre de 2020, todos los edificios nuevos deberán ser de consumo de energía casi nulo,según la Directiva 2010/31/UE de la Unión Europea ( En el caso de los inmuebles de la administración y de titularidad pública, esto será obligatorio para el 31 de diciembre del 2018). Para entonces aún queda algún tiempo. Sin embargo, un trabajo de investigación de la Universidad de Extremadura ha puesto de manifiesto, recientemente, que con la tecnología existente ya es posible diseñar edificios eficientes y ajustados a la normativa.
Un equipo de expertos de la UEx, liderado por el profesor de la Escuela de Ingenierías Industriales, Diego Carmona, ha partido del diseño virtual con Revit Architecture (BIM) de una vivienda ya construida. A partir de esta reconstrucción por ordenador los investigadores han ideado un sistema de gestión que permite convertir los inmuebles en espacios sostenibles desde un punto de vista energético.
Este hallazgo demuestra, así, que no es necesario esperar a que la directiva sea de obligado cumplimiento para comenzar ahorrar en los hogares. Alberto Horrillo, uno de los promotores de este estudio ha explicado que “hemos simulado una vivienda por ordenador. A partir de ahí hemos visto que aplicando una serie de medidas de mejora tecnológica, todas ellas existentes en el mercado y viables desde un punto de vista económico, es posible convertir los inmuebles en edificio de gasto energético nulo o casi nulo”.
Lo más significativo de la metodología diseñada es que su implementación no sólo permite construir nuevos inmuebles de consumo energético cero sino también rehabilitar las edificaciones actuales y convertirlas en eficientes. Como subraya Carmona, introducir algunos cambios en el aislamiento térmico, estudiar la orientación, sustituir determinados electrodomésticos antiguos o poner a punto paneles solares, ente otras medidas por ejemplo, permitiría reducir considerablemente la factura de la luz. Cerca de un 30 % según estos expertos podría disminuir el gasto energético de una vivienda convencional.
En este sentido, Carmona ha hecho especial hincapié en desmitificar ciertas creencias erróneas y que llevan al consumidor a gastar más energía de la que es necesaria. Así, por ejemplo, según el experto “que una máquina siga funcionando no significa que esto sea óptimo. A veces no nos damos cuenta y sustituir una nevera, un congelador o cualquier otro electrodoméstico supone un ahorro tal de energía que en una media de tres a cinco años lo tienes amortizado”. Carmona ha indicado, además, que “la gente no lo sabe pero simplemente que nos hagan una termografía de láser puede desvelarnos que determinados puntos de la casa hay una pérdida de temperatura que puede solucionarse con un simple sellado”.
Este estudio también ha demostrado que es posible reducir las emisiones de CO2 a cero. Como ha matizado Horrillo, tras los resultados obtenidos, la idea que persigue ahora este equipo de profesionales es desarrollar un software autóctono, que permita valorar la evaluación del consumo y el cálculo de instalaciones “teniendo en cuenta las particularidades de nuestra tierra”.
Artículo Revista Viceversa nº57