Cooperación interregional, llave europea para el desarrollo

La Comisión Europea acaba de lanzar el programa `Interreg Europe´, dotado hasta el 2020 con 359 millones de euros procedentes de los Fondos Europeos para el Desarrollo Regional (los conocidos FEDER) para Bruselas - Instituciones UE (16)involucrar a un total de 30 países en un crecimiento basado en la cooperación entre regiones. Investigación e innovación, competitividad de la PYME, economías sostenibles con bajo consumo de carbono, y el respeto al medio ambiente mediante el aprovechamiento de los recursos serán los ejes estratégicos de este programa presupuestario que fue precedido por el conocido como `Interreg IVC´, finalizado el pasado 2013 y puesto en marcha allá por 2007.

La idea es animar a los territorios a trabajar con otras regiones y buscar nuevas soluciones a sus retos de desarrollo. Bajo un prisma que podría resumirse en “aprender del mejor”, los programas interreg brindan la oportunidad de unir fuerzas con otros países; una búsqueda de ideas, políticas y proyectos que se traduzcan en una simbiosis beneficiosa para Europa, y para todos. En Extremadura contamos con múltiples iniciativas que, enmarcadas en estos programas, nos han permitido intercambiar buenas prácticas con multitud de países traduciéndose en muchas ocasiones en verdaderos casos de éxito. Y no sólo nos han servido para aprender de otros. Europa también ha aprendido de nosotros. DESUR -Siglas del inglés Desarrollando Regiones Sostenibles mediante PYMEs Responsables-, es un ejemplo de ello. Gestionado por FUNDECYT-PCTEX, el proyecto ha involucrado durante dos años a Extremadura con regiones de Irlanda, Italia, Hungría, Lituania, Grecia y Eslovenia en la mejora de políticas, instrumentos y metodologías existentes para promover la innovación responsable en las empresas, y así afianzar el camino de la sostenibilidad. El proyecto finalizó el pasado 2014, y ayudó a dar a conocer en Europa el estado del arte de la Responsabilidad Social Empresarial en Extremadura. Buen estado, como demostró por ejemplo el Consejo Autonómico de Responsabilidad Social creado por el Gobierno de Extremadura, que regula el procedimiento para la calificación de empresas socialmente responsables. Se trata de un órgano colegiado, aplaudido por todos los socios europeos –muchos de ellos mostraron interés en su transferencia-, de carácter asesor y consultivo, que impulsa las iniciativas sobre responsabilidad social de las empresas y trabajadores autónomos, prestando una atención especial a la singularidad de las PYMEs. Lo mismo ocurrió con muchas empresas extremeñas que vieron reconocidas internacionalmente sus prácticas socialmente responsables, con el impulso que conlleva, o la Oficina de Responsabilidad Social Universitaria puesta en marcha por la UEx.

En Extremadura hemos sabido además sacar el máximo partido a este tipo de programas, orientándolos hacia nuestras áreas estratégicas y hacia aquellos sectores que verdaderamente nos hacen competitivos, como pueda ser el Turismo. El proyecto `DANTE´ –acrónimo de Agenda Digital para el acercamiento del Nuevo Turismo a las zonas rurales y montañosas europeas-, del que ya se ha hablado en esta publicación, así lo demuestra. En este caso, nuestra región ha trabajado codo con codo con territorios afines de Italia, Francia, Grecia, Holanda, Alemania, Polonia y Bélgica en aras de una completa implementación de las TIC dentro del turismo rural, ampliamente consensuada entre los principales actores regionales del turismo y las TIC de los países participantes. Este hecho hace que `DANTE´ cobre especial importancia en regiones como Extremadura, donde el turismo rural es un sector de fuerte peso económico, contemplado en su Estrategia de Especialización Inteligente y en la Agenda Digital, documentos que han ayudado a determinar las prioridades extremeñas de especialización que se apoyarán en cinco áreas de excelencia. Entre ellas se encuentran el turismo y las tecnologías de la información y la comunicación –además de la agroalimentación, las energías limpias, y la salud-.Un modelo de cómo contribuir a mejorar la competitividad y a generar nuevas oportunidades para el emprendimiento y la atracción de empresas a nuestra región gracias a las sinergias generadas durante el proyecto, y la transferencia de conocimiento entre las distintas regiones que en él participan bajo el amparo de los programas `Interreg´.

`DANTE´ y `DESUR´ son sólo algunos de los proyectos que hemos desarrollado como región, pero hay muchos más y relacionados con múltiples sectores. Sirvan de ejemplo `OSEPA´, centrado en el software libre; `CreaNET´, que surgió para potenciar la creatividad en emprendedores y crear un sistema de trabajo en red; `DE-LAN´, gracias al cual se crearon ecosistemas digitales que permitían el intercambio de experiencias entre las distintas regiones europeas;` SILVERSUDOE´, proyecto que profundizó en la competitividad de las empresas del suroeste europeo aprovechando las oportunidades de mercado que ofrecen las personas mayores o el `CreaBusiness´, que busca mejorar el alcance las políticas regionales de innovación.

Y, ¿cómo se desarrolla un `Interreg´? El primer paso es formar una alianza con otros organismos para trabajar conjuntamente en un proyecto de mejora de la política regional, y convencer a Europa de que así será. Esto implica el compromiso de intercambiar ideas y experiencias durante un máximo de 3 años, trabajo que debe después reflejarse en un plan de acción para cada región participante. Cooperación intensiva. Después, deben llevarse a cabo 2 años de seguimiento, para justificar el éxito del plan de acción a implementar. Siendo autoridad pública o un organismo de derecho público, Europa financia hasta el 85% de sus costes subvencionables En el caso de las organizaciones no lucrativas privadas, hablaríamos del 75 %, aunque en Noruega y Suiza (no pertenecientes a la UE pero incluidos en este tipo de programas) las reglas son algo diferentes. Eso sí, es necesario pagar por adelantado las actividades. El reembolso llega después. Existen también distintas formas de involucrarse, que van desde una participación parcial a ser socio del proyecto, o simplemente unirse a un grupo de actores formado alrededor de otra organización que trabaja en un proyecto `Interreg´ a tiempo completo. En este último caso, siempre bajo invitación (como ocurre habitualmente con las empresas que participan en los proyectos). Los resultados, eso sí, son para todos. Cualquiera puede beneficiarse de los recursos de conocimiento generados en el marco de un proyecto gracias a la creación de espacios para el aprendizaje continuo sobre políticas públicas y diversas plataformas –en su mayoría online-, detrás de las cuales suele haber un equipo de expertos que ayudan a los interesados a ser más eficaces en la planificación y ejecución de políticas en beneficio de la gente de cada región. Conocimiento, progreso, buenas prácticas y experiencias al servicio de todos.

Ciudades y regiones de Europa se enfrentan a retos similares, y este tipo de programas ayudan a no malgastar recursos para afrontarlos. Y es que Europa está dispuesta a descubrirnos cómo las políticas o programas pueden ser financiados si hablamos de innovación, de formación de jóvenes emprendedores, de alimentar hogares con energía verde, de potenciar el turismo, de reducir el ruido en las ciudades, de fomentar el empleo o de transformar un desierto en un parque infantil. Una buena respuesta a aquellos que siguen preguntándose si Europa hace algo por nosotros.

Revista Viceversa nº59